Cada año dedicamos al Medio Ambiente y a la Seguridad (HSE) más del 30% de las inversiones totales destinadas a la planta de producción de Manerbio, mejorando los procesos y adaptando la tecnología.
El compromiso con la calidad y el medio ambiente.
El compromiso de Finchimica se demuestra en más de 40 años de fabricación de agrofármacos e intermedios de calidad de forma segura, respetando el ambiente en el que vivimos y con un uso eficiente de los recursos que deriva de una filosofía de empresa siempre aplicada a lo largo de nuestra historia industrial.
El recorrido que hemos seguido en este mercado, en términos di calidad del producto y fiabilidad medioambiental, asociada con la sostenibilidad económica, es fruto de un aprendizaje constante y de una gestión consciente de los recursos.
Podemos afirmar con orgullo que nuestra planta de Manerbio se ha adelantado a los tiempos, por estándares de calidad y seguridad. Se ha anticipado a las normas vigentes y no vigentes, alineándose siempre con las mejores tecnologías disponibles y con los requisitos más estrictos del mercado, pero también asegurando la salubridad del ambiente de trabajo y la falta de efectos en el medio ambiente a través de estudios realizados por fundaciones y terceros líderes en sus respectivas actividades.
Para Finchimica, el concepto de mejoría continua, tomado prestado de los sistemas de gestión empresarial, es una auténtica cultura de empresa y una responsabilidad extendida demostrada en las políticas de empresa y en el Código Ético: desde hace más de 25 años, monitorizamos centenares de indicadores que nos permiten mejorar constantemente nuestros procesos, nuestras prestaciones de seguridad, económicas, medioambientales, de salud y de calidad de vida de los empleados, del ambiente en el que trabajan y del territorio.
Las principales evidencias de nuestra política medioambiental.
Nuestra Política Medioambiental se basa en la disponibilidad para un diálogo abierto y transparente con los organismos de control y con el territorio en el que estamos asentados. Conscientes de que la relación de confianza que hemos instaurado con la comunidad se debe mantener de forma constante, desde hace casi veinte años publicamos voluntariamente los indicadores que demuestran nuestra atención por el respeto del medio ambiente, sin limitarnos al simple respeto normativo.
Cada año nos imponemos objetivos de mejoría cada vez más ambiciosos y desafiantes para mejorar nuestras prestaciones ambientales.
Con los años, Finchimica se ha sometido voluntariamente a auditorías por parte de otros organismos y ha recibido numerosas inspecciones del ARPA Lombardía (Agencia Regional para la Protección del Ambiente), con el fin de comprobar el cumplimiento de las autorizaciones ambientales concedidas.
Estas inspecciones siempre han demostrado el total respeto normativo y han reconocido nuestra atención por las temáticas medioambientales y el proceso de atenta monitorización de las prestaciones de nuestra planta. A continuación mostramos los indicadores más significativos que muestran los esfuerzos de la empresa realizados por la protección del medio ambiente.
Consumo de agua
Hemos realizado plantas diseñadas para aumentar al máximo el reciclaje del agua, evitando derrochar el recurso más importante de nuestro planeta, y, aunque nuestra producción aumente, nos comprometemos para que el consumo de agua no lo haga.
El gráfico siguiente muestra el consumo de agua por tonelada de producción a lo largo de los años, donde se puede apreciar el compromiso continuo de nuestra empresa por intentar lograr este fundamental objetivo de protección medioambiental.
Índice general
La mejoría en el consumo de agua no se debe compensar con un aumento del consumo de energía eléctrica necesario para garantizar el funcionamiento de las bombas de recirculación.
El siguiente gráfico, obtenido comparando el consumo de agua con el de energía eléctrica y normalizando en función de las toneladas producidas, muestra cómo, con los años, se ha producido una mejoría constante en el consumo de agua. El valor constante del índice a partir de 2002 permite apreciar cómo dicho consumo no conlleva un aumento del consumo de energía, incluso ante un aumento del número de ciclos de producción de la empresa.